Y podría dejarme llevar por la corriente y surfear las olas de mi mar, pero me da vértigo

Me da tanto vértigo meterme en un remolino y no saber salir, que encierro mis aguas con una presa.

¿Por qué me da tanto miedo mi agua?

No quiero paralizarme delante de mis olas, quiero bailar al son de sus gemidos y chocar con la inmensidad. Quiero sentirme un océano salvaje, quiero habitar mis aguas.

Así que ahora, decido saltar al vacío y soltar mis aguas.

Y me siento libre. Y aquí estoy, mirando mis olas de cara lista para lanzarme de cabeza a ellas. Porque aunque sean increíblemente salvajes, sé que puedo flotar en ellas.

Así que una vez más, miro mi mar de frente, mi infinidad de remolinos y les digo “Amo tu inmensidad” mientras me tiro de cabeza y me echo a nadar, sin miedo y con miedo también.