Te invito a tomarte un momento para leer esto, ya que es probable que te reconozcas en algunos detalles y vivencias. Aunque nuestras realidades sean diferentes, todos venimos a sanar y trascender lo mismo. En mi caso, mi proceso ha girado en torno a...
Darme el permiso de ser Yo
Reconociéndome como la mujer espiritual e intuitiva que soy, saliendo del molde que había creado para encajar con “lo establecido”.
Renunciando a la estabilidad de una profesión convencional para seguir los anhelos de mi alma, soltando el control y descubriendo el camino paso a paso.
Sanando la relación con mi cuerpo y mi amor propio, haciendo las paces con mi sensibilidad y honrando mi vulnerabilidad.
Permitiéndome ser amor y atreverme a ser vista, acompañándome en mi regreso a casa y abriéndome por completo como canal creador.
Todo comenzó a finales de 2019, cuando María había logrado lo que creía desear: graduarse con honores, conseguir un contrato indefinido en una reconocida agencia de publicidad, tener una vida social activa y un cuerpo atlético. A pesar de sus logros, sentía un profundo vacío, insatisfacción y pérdida de motivación.
En 2020, sin saber exactamente qué necesitaba, dimitió, reconociendo que ser publicista no era su propósito. Decidió detenerse para encontrarse a sí misma y comenzó un viaje de autodescubrimiento.
Durante casi un año, se dejó acompañar por procesos holísticos, priorizando su bienestar y escuchando lo que su alma le pedía: pintar, canalizar, escribir y llorar, como si fuera una necesidad vital.
Aunque mi transformación de María, adaptada a la sociedad, a una persona espiritual que conecta con la Vida fue un proceso incómodo, comprendí que esconder mi verdadera esencia me limitaba.
Temía el rechazo y me sentía avergonzada, pero al lanzarme, descubrí un mundo de personas celebrando mi entrega. Por eso, te animo a que te des permiso para SER; la vida es demasiado corta para dejar en espera quién estás destinado a ser.
Comencé a pintar al óleo a los 5 años, pidiendo a mis padres que me inscribieran en una academia de arte. Sin embargo, nunca había pintado de forma tan libre, sin estructuras ni modelos, solo dejándome guiar por mis manos. A través de este proceso, comprendí que no solo expresaba lo que había callado, sino que también canalizaba la energía del Universo, abriendo mi esencia.
Con el tiempo, entendí que mis pinturas ya no eran solo para mí, sino que debían ser compartidas. Comencé a publicar mis obras y reflexiones en Instagram. Sin embargo, sentía que debía ofrecer más, así que decidí emprender talleres de pintura abstracta fluida.
Observé cómo estos espacios transformaban a los participantes, llevándolos a profundas realizaciones. Esto me impulsó a seguir formándome y desarrollando formas de acompañar a otros, utilizando el arte como una herramienta sanadora para conectar con el cuerpo, la creatividad y el niño interior.
Si bien creo firmemente que la mayor formación proviene del corazón, la intuición y el alma, contar con una formación formal me ha brindado un marco estructurado y técnicas específicas que enriquecen mi práctica.
Esto incluye: Canalización, Reiki Usui (1, 2 y 3), Arteterapia y Terapia transpersonal.
Estas metodologias me permiten abordar el proceso de sanación y conexión de manera más efectiva, asegurando que pueda ofrecer el mejor apoyo posible.